El león en invierno

Ayer, hablando con un amigo de películas para ver estos días, me pregunto: “Oye, ¿tú has visto El león en invierno?” “No”, le contesté. “Pues deberías”, me dijo. Y yo, que soy muy obediente y confío mucho en su criterio, la busqué y la encontré en Filmin.

Cuando leí la sinopsis, ví que no era una historia que me interesase demasiado: Año 1183. Enrique II, Rey de Inglaterra, reúne a toda su familia para pasar las Navidades y decidir quien le sucederá en el trono. Manda llamar a su esposa, la maquiavélica Leonor de Aquitania, a quien mantiene encerrada en su torre después de haberla repudiado, y también a sus tres hijos: Geoffrey, John y Richard. No obstante, la recomendación de mi amigo y el reparto (Katharine Hepburn, Peter O’Toole, Anthony Hopkins) hicieron que me decidiera a verla anoche.

Pues bien, durante los 135 minutos que dura la película, estuve como hipnotizada. No podía despegarme de la pantalla. Literalmente, ni para ir al baño.

Es una película de batallas dialécticas en las que afloran rencores, filias y fobias, amores y odios furiosos. Aunque se percibe claramente su origen teatral, no me resultó encorsetada y me parece una excelente adaptación.

Pero sobre todo El león en invierno es una clase magistral de interpretación. La manida expresión “recital interpretativo” debió de inventarse para esta peli ¡Qué barbaridad! Todo el reparto está espléndido (Por cierto, Anthony Hopkins debutó en esta película) pero las interpretaciones de Peter O’Toole y Katherine Hepburn (ganó el Óscar) son soberbias, magnéticas y emocionantes.

En definitiva, y más allá de las intrigas y traiciones palaciegas, es una película de interpretaciones, que se disfruta con deleite de principio a fin y que ningún aspirante actor debiera perderse.

Como ya dije, está disponible en Filmin.